Cuando contaba con apenas seis años, dibujé en un sobre de correos la silueta de una dama envuelta en melancolía, inspirada por la visión de una estatua durante una excursión escolar a un museo. Compartí mi pequeña obra maestra con las personas adultas que me rodeaban, consultándoles sobre la belleza de mi Ópera Prima. En lugar de alentar mi talento, me aconsejaron dejar de lado el arte y abrazar la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. Así, a los seis años, dejé mi brillante carrera como dibujante de damas melancólicas. Sin embargo, lo que los adultos no me revelaron fue que los sueños pueden invernar y perdurar en el tiempo

Con el paso de la pubertad, inicié mi andar en el diseño de interiores en el "Instituto Europeo de Diseño", siendo el más destacando con un proyecto real al concluir mis tres años de estudio. Durante un cuarto de siglo, aporté  éxito y ventas en "El Corte Inglés", escalando a puestos destacados en la sección de " Hogar". Más tarde, hastiado por la rutina, me fui de allí. A continuación lideré equipos para la implantación de productos en la Comunidad de Madrid y como autónomo, capitaneé proyectos de decoración durante siete años con gran éxito hasta que la mala suerte me apartó temporalmente de la escena de la creación. Mi travesía se extendió al diseño gráfico, cuando formé parte de un curso impartido por el Artista Gráfico Paco Rosco. Me abrió la puerta a un nuevo universo donde destaca la creatividad y originalidad de las Artes Gráficas, explorando constantemente nuevas técnicas y programas de Inteligencia Artificial.

 Así, continúo escribiendo mi historia, recordando que los sueños se pueden hacer realidad, cuando retomamos al niño de 6 años que fuimos y volvemos a soñar otra vez, con pintar damas melancólicas.